Fue el delantero que más goles le hizo a San Martín con la camiseta de Atlético. Idolo de muchos, Luis Reartez, conocido como el Correcaminos, no marca ACME, sino DK, te cuenta sus vivencias con la camiseta Decana.
Si alguna vez alguien leyó el diccionario de Les Luthiers, se habrá dado cuenta que algunas de las palabras que habitualmente escuchamos tienen distintos significados. Por ejemplo, si uno dice Platón, inmediatamente lo asociaría con el filósofo griego, pero no lo relacionaría con un plato grande. O Telepatía, término que se refiere a la supuesta capacidad mental de los humanos, para otros es el aparato de TV para la hermana de las madres. Bueno, el hincha de Atlético cuando escucha el apellido Reartez, rápidamente piensa en la obra más grande (Re-artez) que tuvo el DK para dejar pintado el arco de San Martín. Y sí, el Correcaminos está en el recuerdo de toda la familia decana, no sólo por los años que le brindó al club (y que le sigue dedicando), sino también por sus, ¿uno, dos, tres, cuatro? …..No, doce goles al Ciruja, en catorce encuentros que lo enfrentó. “Tuve la suerte de marcarle varios goles durante mi carrera a San Martín. El hincha siempre me lo agradece. Soy el verdugo de ellos en la historia. El más lindo para mí fue en la cancha de Atlético. Una jugada por derecha que me escapo, quedo solo con el arquero Guillén, la patéo, él da rebote y de cabeza la mando a guardar, desatando la locura de todos los hinchas, porque con ese gol salimos campeones de la Liga en el '83”.
Si alguna vez alguien leyó el diccionario de Les Luthiers, se habrá dado cuenta que algunas de las palabras que habitualmente escuchamos tienen distintos significados. Por ejemplo, si uno dice Platón, inmediatamente lo asociaría con el filósofo griego, pero no lo relacionaría con un plato grande. O Telepatía, término que se refiere a la supuesta capacidad mental de los humanos, para otros es el aparato de TV para la hermana de las madres. Bueno, el hincha de Atlético cuando escucha el apellido Reartez, rápidamente piensa en la obra más grande (Re-artez) que tuvo el DK para dejar pintado el arco de San Martín. Y sí, el Correcaminos está en el recuerdo de toda la familia decana, no sólo por los años que le brindó al club (y que le sigue dedicando), sino también por sus, ¿uno, dos, tres, cuatro? …..No, doce goles al Ciruja, en catorce encuentros que lo enfrentó. “Tuve la suerte de marcarle varios goles durante mi carrera a San Martín. El hincha siempre me lo agradece. Soy el verdugo de ellos en la historia. El más lindo para mí fue en la cancha de Atlético. Una jugada por derecha que me escapo, quedo solo con el arquero Guillén, la patéo, él da rebote y de cabeza la mando a guardar, desatando la locura de todos los hinchas, porque con ese gol salimos campeones de la Liga en el '83”.
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